Reloj de la Villa
La Plaza del Navarro guarda uno de los monumentos más singulares de Oropesa: el Reloj de la Villa, una elegante torre neomudéjar construida en 1901 que esconde mucho más de lo que su apariencia sugiere. Este emblemático monumento se levanta sobre un hermoso arco apuntado que conecta callejuelas y divide espacios, y su propia existencia es un fascinante relato de resiliencia y modernización cívica.

La torre actual se erigió para sustituir a una anterior que se había derrumbado, y la villa aprovechó la ocasión para construir un símbolo de progreso adoptando el estilo neomudéjar, tan arraigado en la identidad toledana. El ladrillo visto y los elementos decorativos mudéjares transformaron un simple reloj público en una declaración arquitectónica que hablaba de futuro sin renunciar a las raíces.
La torre no solo marca las horas: es el punto de encuentro de oropesanos y visitantes, el escenario perfecto para las Jornadas Medievales y el hogar de las cigüeñas que anidan en su cima, añadiendo vida y simbolismo a la piedra.
Este rincón de la plaza, decorado con bancos de azulejos talaveranos, resume la transformación de la villa: un símbolo de modernidad que preside un vibrante presente turístico.
